Hoy me he levantado más literario que nunca y he pensado, ¿cómo sería el capítulo de la Biblia que habla de la adoración de los Reyes Magos si hubiera sido escrito por otros autores? Sí, vale, Dios es un escritor de Bestsellers cojonudo, difícil de superar por lo de ser todopoderoso y todo eso. Pero me he pasado la mañana reinterpretando su obra a través de la visión de JRR Tolkien, HP Lovecraft, JK Rowling, Gustavo Adolfo Bécquer, William Shakespeare y Murphy. No tengo nada mejor que hacer el día de reyes.
J.R.R. TOLKIENJesús, hijo de José, aquél que nació de Abraham, de Judá y de David, vino al mundo en Belén, tierra de elfos. Tres Magos del Concilio llegaron a Jerusalén preguntando por él al Rey Herodes, de la Torre de los Heroirrim, hijo de Antípater el Hidumeo. El Rey, les recibió con estas palabras:
Haira lúmello, Elendil.
Alassië nar i hendu i cenantet
Quentuvalyë nin esselya?
Andavë enyaluvanyet
Tras el banquete, partieron raudos los tres Magos en busca de Jesús, hijo de José. Pero el malvado rey tenía otros planes y envió a sus sirvientes Uruk-hai a bloquear la senda más corta desde la Torre de los Heroirrim hasta Belén, tierra de Elfos. Pasaron varios meses hasta que los Magos vieron en lontananza un astro envuelto en llamas, una señal de la Reina de la Noche. Melchor, hijo de Ezequías, Gaspar, hijo Betsabé y Baltasar, hijo bastardo de Aalijah, caminaron día y noche a través de la estepa de Belén, un paraje yermo y solitario, con montañas de piedra caliza hasta donde alcanza la vista. Un río cruza la estepa, el Grujandël. A partir de ese punto, la región era más accidentada y desnuda que el valle verde del Río Grande, del otro lado de las Montañas, en las Tierras de Judá. Y junto al lecho del río, crecen los juncos de flores amarillas, que son las flores preferidas por los habitantes de La Comarca, pequeños pastores de pies grandes y enorme apetito. La marcha era necesariamente lenta, pero esperaban escapar de este modo a miradas hostiles. Finalmente, Tras recorrer millas y millas, llegaron hasta Jesús, hijo de José. Allí le hicieron entrega de los regalos que portaban para él: Oro de las Montañas Sagradas, Incienso de los Bosques de Númenor y una cota de Mirrä, una aleación enana indestructible.
H.P. LOVECRAFTMe piden que explique por qué siento horror ante la navidad, por qué me estremezco cuando caen los primeros copos de nieve virgen sobre las heladas aceras de Chicago y el incansable murmullo de los cascabeles consiguen dejarme en un estado de catatonia, acurrucado bajo el hueco de la escalera. El horror se remonta a aquella primera navidad, en el año 0000.
Tres Magos de Oriente, unos barbudos hombres de pelo ralo y mirada sombría, llegaron al Palacio del Rey Herodes preguntando por el auténtico Rey de los Judíos, que acababa de nacer. Cuando marcharon del lugar, no podían imaginar el horror latente que habían desencadenado con sus necias palabras. Herodes reunió a su séquito, y entonaron cánticos durante toda la noche. Pronto, un olor acre, como de azufre invadió la estancia de inmaculadas baldosas. El techo estaba húmedo y goteaba; la humedad procedía al parecer, de un ángulo de la fachada del Palacio, que daba a la calle.
Todo lo que relato a continuación lo vi a través de mis sueños, en esa extraña tierra de nadie donde las cosas se suceden de una forma vaporosa: en el centro del palacio surgió una forma gomosa y un indecible terror inundó mis pensamientos. La figura que tenía ante mí era material sólo en parte y tenía el poder del movimiento aéreo, a pesar de la ausencia de alas. Evidencias de una plasticidad monstuosa y de lapsos temporales de visibilidad. Ordenó el Rey a la criatura, que había subyugado a su voluntad mediante hechizos extraídos de un antiguo códice que haría perder la cordura hasta al más valiente de los hombres, que acabara con todos los recién nacidos de Belén. En sueños fui testigo de la matanza, y desde entonces cuando llega la navidad, no puedo hacer otra cosa que estremecerme, pues ya hace muchos años que perdí la capacidad de hablar, moverme o incluso razonar. No soy más que un ser casi inerte, en el hueco de una escalera, encogido y estremecido del más absoluto de los pavores.
J.K. ROWLINGMelchor, Gaspar y Baltasar sabían de las intenciones de Herodes; conocían su trayectoria como Mago Tenebroso y no podían permitir que acabara con la vida del recién nacido Jesús Potter, el que sería Rey de los Judíos y según la profecía, derrotaría a Lord Satanás convirtiéndose en el Salvador de los muggles.
-En cuanto descubramos su paradero, te enviaremos una lechuza para comunicártelo- mintió Gaspar, pero como era experto en oclumancia, Herodes no pudo saber que no era cierto.
Los tres montaron en sus escobas mágicas y se dirigieron a Belén por la ruta más corta. Allí el joven mago acababa de nacer y en su frente se distinguía una pequeña cicatriz en forma de Estrella de David, una marca que indicaba sin lugar a dudas que era el auténtico, el Salvador, el verdadero hijo de Aquel Cuyo Nombre No Debe Ser Pronunciado en Vano según los 10 Mandamientos.
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUEREstando yo en Toledo me refirió esta singular historia una muchacha bonita de ojos verdes. Mientras me la refería, me fijaba yo en su boca, que os conmovería , como a mí me conmovió si hubiérais estado presentes. Ya que esto no es posible, ahí va lo que de esa piadosa tradición se me acuerda en un instante.
Hace muchos años, en un Palacio de Judea, tan miserable como su dueño, vivía un Rey llamado Herodes. Era este judío rencoroso y vengativo, como muchos otros, pero más que ninguno engañador e hipócrita. Llegaron a su puerta tres extraños peregrinos, de capa roja y brillantes alhajas, tocados por un turbante rojo carmesí como la sangre que brota de los manantiales de la Fuente de la Eterna Juventud.
-¡Salve, Herodes! – decía el mayor de ellos recreándose en sus palabras – Venimos a adorar al Rey de los Judíos que ha de nacer esta noche, dentro de una o dos horas.
Se horrizó el tirano, implacable azotador de inocentes, al oír estas palabras, y al punto ideó una trama para descubrir el paradero del joven rey y así poder darle muerte.
-Buenos hombres, id pues a su encuentro y habiendo hallado su paradero, hacédmelo saber inmediatamente, para que así pueda yo adorarlo como sólo un Hijo de Reyes se merece.
Era noche de Navidad, acaso la primera de ellas, y los habitantes de Judea se habían encerrado prestos en sus casas, al amparo del amable fuego de tierra. Los tres magos descansaban cuando el menor de ellos sintió la llamada de una joven que le despertó. Se trataba de Sara, la amante desdeñada de Herodes. Baltasar, que así se llamaba el mancebo, se creía juguete de un sueño. Pero no, ella era de verdad. De pie ante él, vestida con unas ropas que llegaban hasta sus tobillos y parecían flotar en el aire, como un haz de luna en una noche de verano, una mujer hermosa sobre toda ponderación. Sus cabellos eran como el oro, el olor de su piel embriagaba como el mejor de los inciensos y entre sus pestañas volteaban inquietas unas pupilas intensas como la mirra, de un color imposible.
-¡Amigos! –dijo la joven- Desconfiad de las palabras de mi Rey, pues no existe en toda Judea un farsante como él.
WILLIAM SHAKESPEAREMELCHOR, Gran Mago de Oriente
GASPAR, Visir de Oriente
BALTASAR, Aprendiz de Mago
HERODES, Rey de Jerusalén
El ESPECTRO
I.Entran MELCHOR, GASPAR y BALTASAR
HERODES
¿Quién va? ¡Daros a conocer!
MELCHOR
¡Viva el Rey! Venimos de países lejanos en busca del Rey de los Judíos.
HERODES
¡No busquéis más! ¡Estáis ante él!
GASPAR
No puede ser eso posible, pues el Rey de los Judíos acaba de nacer.
BALTASAR
Anoche mismo, cuando esa estrella que hay al oeste de la polar se movía iluminando la parte del cielo en que ahora birlla, Gaspar, Melchor y yo, con el reloj dando la una, vaticinamos la venida del Mesías.
Entra el ESPECTRO.
MELCHOR
¿Quién eres, que usurpas esta hora de la noche? ¡Te conjuro que hables!
BALTASAR
Se ha ofendido.
GASPAR
¡Espera! ¡No te vayas! ¡Habla, habla! Te conjuro que hables.
El Espectro Sale.
HERODES
Bueno Baltasar, estáis pálido y temblando, quizás porque hayáis reconocido vuestra intrépida y marcial figura en el Espectro, que no es sino, un reflejo de en lo que estáis a punto de convertiros vos y vuestros acompañantes.
Herodes saca un puñal y lo clava en el corazón de Baltasar.
BALTASAR
¡El arma traidora estaba en tu mano! Amigos, defendedme, sólo estoy herido.
Muere. Gaspar desenvaina su espada y atraviesa a Herodes.
GASPAR
Muere ahora tú, recibe tu merecido. Tu propia traición te da justa muerte.
Herodes suspira y hiere a Gaspar. Mueren.
MELCHOR
Recibió su merecido, pero no puedo soportar el dolor de ser el único que conserva su vida. ¡Adiós amigos! ¡Beberé el veneno de esta copa que el Rey Herodes había preparado antes de que su vileza se volviera contra él!
Bebe y muere.
MURPHY-Si algo puede salir mal el día del Nacimiento de Jesús, saldrá mal.
Corolarios:
-Llegar a Belén no será tan fácil como parece.
-Encontrar al niño no le llevará tan poco tiempo como usted piense.
-Seguro que lo encuentra en el último sitio donde mire.
-Seguro que irá a preguntar a la única persona en toda Judea a la que no tendrían que ir a preguntar; un rey tirano y furibundo que ordenará matar a todos los recién nacidos.
-En cuánto se pongan a seguir a la Estrella de Belén, se darán cuenta que tendrían que haberlo hecho antes. Especialmente después de haber preguntado al rey loco.
-El niño siempre cae por el lado de la mantequilla.
Imagen: KennedyxxJames