La primera vez que el logo de Google cambió, me costó asimilarlo. Las letras se habían metamorfoseado en dibujos, pero aún así podía seguir leyéndose “Google”. ¡Qué gran idea! ¿A quién se le habría ocurrido?
El martes 2 de enero de 2007, empecé a guardar los logos modificados de Google. Fue con motivo del aniversario de la muerte de Edvard Munch. El logo recreaba su cuadro más famoso, y uno de mis preferidos, “El Grito”.
Los cambios conmemorativos de algo a priori tan inmodificable como el logo corporativo, se iban sucediendo bastante espaciados en el tiempo. Y sí, tenía su gracia, hasta que se ha convertido en una costumbre. El cambio en el logo, se ha vulgarizado.
El primer síntoma de fatiga quedó evidenciado las pasadas navidades, cuando unas postales navideñas aparecían a diario enterrando el logotipo del buscador. Y el hartazgo ha llegado con los insulsos intentos de “arte” con los que el Sr. Google nos está castigando día sí y día también durante estos Juegos de Invierno.
Ya ni siquiera buscan que el dibujo se parezca a las letras. ¿Para qué? El último que me hizo gracia, fue quizás aquel en el que las dos “O” de Google se convirtieron en los ojos del Monstruo de las Galletas.
Hace tiempo que la calidad de mi colección va a la baja. Si sigo guardándolos, es ya por puro coleccionismo supongo, porque gustarme, no me gustan nada. Pero igual que, para mi gusto, empeoraron, pueden volver a mejorar. Sirva este post, además, para dejar patente las chorradas en las que piensa uno un lunes por la tarde.
Y por último, un sentido homenaje a la extinta creatividad de los “googlelitos”, con algunas de mis piezas favoritas de tan bizarra colección:
La productora ejecutiva es su viuda, Courtney Love. Esperemos que no acabe liándola, como sucedió con el avatar de Cobain en Guitar Hero 5. Al parecer no le sentó muy bien ver a su difunto esposo tocando y cantando canciones de otros grupos.
Courtney, si eres dueña de los derechos de Kurt, piénsatelo dos veces antes de venderlos al mejor postor. En cuanto a la peli, puede estar muy bien, ya que el guión correrá a cargo también de Moverman, que también fue guionista de "I'm not there".
A ver qué tal les sale la resurrección en celuloide...
Hablamos de la mejor gala de los Premios Goya de la Historia, al menos, en cifras de audiencia. Según la web especializada Formula TV, 4.656.000 espectadores siguieron la ceremonia (lo que supone un increíble share del 26,4%). Entonces, ¿cuáles son las 10 claves para celebrar unos Premios Goya históricos?
1. Reúne un buen número de nominados de calidad Siempre ayuda que el gran público haya visto las películas, caso de Celda 211 o Ágora. Mención especial también para el Goya a Mejor Directora Novel a Mar Coll por Tres Días con la Familia, y el de Mejor Documental a Garbo, el Espía.
2. Empieza por todo lo alto Y si puede ser con un tsunami que arrasa el teatro, pues mejor. Con la boca abierta nos quedamos en casa cuando los maestros de los efectos especiales nos hicieron creer durante unos segundos que el agua arrasaba con la platea. ¿Qué mejor manera de empezar y clavarte al asiento del sofá?
3. Conecta con el público y rellena los tiempos muertos Hay que tener en cuenta que no todo el mundo conoce, por ejemplo, al ahora Goyarizado Xavi Giménez, aunque sea uno de los mejores directores de fotografía de nuestro país. Eso, y teniendo en cuenta que entre el anuncio de un premio y el discurso de rigor, hay un tiempo muerto considerable (que incluye la cara de estupefacto del premiado, los abrazos a toda la fila de butacas, el trayecto al escenario y la ascensión por una peligrosa escalera). Todo solucionado con la inclusión de un comentarista, que utiliza esos tiempos muertos para ponernos al día sobre el premiado, al más puro estilo eurovisivo.
Xavi Giménez
4. Procura tener un Gran Presidente de la Academia con un Discurso Épico Álex de la Iglesia es un grande entre los grandes y ha demostrado en estos últimos premios estar a la altura de lo que de su candidatura se esperaba. Sagaz y muy consciente del público, organizó una de las mejores galas que se recuerda. Además, prometió un discurso épico y no defraudó: todo un manifiesto contra la soberbia, con frases que pasarán a la historia: “[los cineastas] Nos miramos el ombligo, tenemos pósters de ombligos en casa, cuadros de ombligos llenando nuestras paredes, creemos que somos artistas, genios alternativos, creadores... antes de todo eso, somos trabajadores. Nos pagan por hacer un trabajo y hay que hacerlo bien.” Seguro que a muchos no les hizo ni puñetera gracia, pero… ¡qué grande eres, Álex!
5. Si algo funcionó en el pasado, recupéralo La única gala que no había recibido malas críticas fue la que en 2002 presentara Rosa María Sardá, que apareció para presentar el Goya al mejor Director, al final de la gala. La fórmula de ex-presentador que viene a entregar un premio y termina por querer presentar la gala hasta el final, sigue funcionando y más todavía si es la Sardá.
6. Ritmo, ritmo, ritmo… Sean los Óscar, los Goya, o la entrega de trofeos del club montañero de tu pueblo, estas cosas son largas y terminan por hacerse pesadas. Incomprensiblemente, hace años incluso había actuaciones musicales (de gusto muy discutible) que no hacían más que dilatar aún más la duración ya de por sí exagerada. El pasado domingo se impuso un ritmo más que adecuado: premio, premio, premio, gag, premio, premio, gag, o como dirían algunos, “pim, pam, pim, pam”. También fue la primera gala que se ha retransmitido sin cortes publicitarios. Esto, aunque fue definitivo para acortar (mucho) la duración total, lo hacía también un poco más duro.
7. Si vas a montar un número musical, asegúrate que lo haces con gente que sepa cantar y bailar… La única crítica negativa que le daría a esta gala, fue el (intento) de número musical que se marcaron para presentar los premios a Mejor Canción Original y Mejor Banda Sonora. La idea era buena, la canción no estaba mal… pero si vas a hacer algo tan arriesgado (hablando en término de buen gusto), hazlo bien. Y Secun de la Rosa NO fue una decisión acertada. Se siente…
8. Gástate el dinero en contratar a unos buenos guionistas Tan sencillo y tan difícil como eso. Igual hasta consigues hacer reír a partes iguales a la gente de la Industria y a la que ve el sarao desde su casa. Parecía imposible… hasta el domingo, claro…
9. Guárdate la mejor sorpresa para el final Un punto básico de manual en todo espectáculo que se precie. Y si esta SORPRESA (sí, en mayúsculas), es manchega y se llama Almodóvar, pues ya está todo el pescado vendido. “Tenéis un presidente muy pesado” fueron sus primeras palabras, ante un público puesto en pie, aplaudiendo y reconciliándose con el director. Nadie lo esperaba, nadie lo sabía. Todo se hizo en secreto. De la Iglesia se partía de la risa en su butaca, la cara de cebollino que se nos quedó a todos, bien lo valía. De nuevo, y como se suele decir “olé tus huevo, Álex”.
10. Cuenta con el mejor showman del país como Maestro de Ceremonias Ese “showman” se llama Andreu Buenafuente, y es uno de los máximos responsables del éxito de la ceremonia. Antonio Resines le dijo en su programa que hiciera lo que hiciera en los Goya, le iban a poner a parir (como hicieron con él, cabe añadir). Sin embargo, ante la excelencia, no hay nada que objetar. Y como muestra, el redondo final de la gala. No he podido encontrar el video del momento exacto, así que tenéis que ver a partir del minuto 06:18.
“¡Joder, qué Gremio!” o “¿Qué aplaudís, cabrones?” ¿A alguien se le ocurre mejor manera de poner el broche final?
Recuerdo los tiempos en los que Sonic y Mario eran enemigos acérrimos. Koopa y Robotnik sólo eran meras comparsas malignas; el auténtico rival del erizo azul, era el fontanero rechoncho y bigotudo (sueño erótico de más de un amante de los “Bears”). Pero hay que ver cómo ha cambiado el cuento: ahora quienes fueran antaño irreconciliables, compiten sanamente en unos Juegos Olímpicos para Wii.
SEGA y Nintendo ahora se llevan de maravilla, hasta el punto en que hace poco han anunciado un nuevo videojuego de plataformas en las que Mario y Sonic compartirán protagonismo. Es como el fin de la Guerra Fría, versión cartoon.
No puedo dejar de echar la vista atrás y recordar otras sagas enfrentadas, como fue el caso también de Street Fighter y Mortal Kombat, dos juegos de lucha con una concepción muy diferente y ya clásicos de las máquinas arcade. Aunque Bison, Chun Li, Ryu y compañía hayan entrado en el Olimpo de las celebridades videojueguiles por míticas, siempre me gustó más el estilo de Mortal Kombat, mucho más rápido y violento. Y es que arrancarle la cabeza a tu contrincante, a principios de los 90, pues era toda una osadía (que disfrutábamos como locos, ¡benditos “fatalities”!)
Pero no todas las rivalidades quedan tan atrás en el tiempo. Actualmente se vive una de las más encarnizadas luchas por las supremacía, esta vez de los juegos musicales. El ring, la multiplataforma (Wii, Xbox y PS3). Los contrincantes, Guitar Hero VS Rock Band (O Activison VS Harmonix y MTV). Harmonix fueron los creadores de Guitar Hero en sus primeras entregas, trabajando para Activision. Llegaron a la cima con Guitar Hero III, que fue (hasta hace muy poquito) el videojuegos más vendido de la historia en videoconsolas. Y entonces la cosa se desmadró.
Harmonix dejó la saga Guitar Hero para crear una independiente (el Rock Band), que incluiría además de la consabida guitarra, un micrófono y una batería. Como es normal, Activision no dejaría a su particular gallina de los huevos de oro, y continuaron la saga con el Guitar Hero World Tour, que incluía (¡¡¡sorpresa!!!) un micrófono y una batería (mucho más conseguida, por otra parte que la de sus competidores).
Desde entonces la guerra continúa, semana a semana: producción de juegos mediocres como churros, un alubión de canciones nuevas descargables previo pago, más y más expansiones… y el único resultado es que se están cargando el género musical, agobiando y aburriendo a partes iguales a los jugadores. Señores, dejen de intentar repetir la fórmula de Guitar Hero III, y céntrense en ofrecer algo nuevo y competitivo. Y cuando digo nuevo, no me refiero a Lego Rock Band, que es lo mismo de siempre, pero con muñequitos de Lego.
Pero si Sonic y Mario se reconciliaron, quién sabe si en 10 años tendremos el "Guitar Hero Rock Star Dj", con tal cantidad de periféricos en forma de instrumentos musicales que necesitaremos alquilar un garaje sólo para ello… hombre, ya puestos, para eso monto un grupo de verdad…
Lo que tiene putear a un grupo de música instantes antes de una emisión en directo, es que los directos... pues eso, no están grabados. Y a veces, si le buscas a alguien las cosquillas, las encuentras...
La mayoría de las veces, se monta el jaleo porque al grupo se le ha prometido que cantarán en directo y cuando llegan al plató: ¡oh, sorpresa! ¡Playback! Aquí voy a hacer un inciso: los cantantes DE VERDAD odian hacer playback, puesto que quedan relegados a simples maniquíes haciendo el paripé. Podría sustituirles la señora de la limpieza del plató y el resultado sería el mismo...
Volviendo al tema, eso mismo pensaron Muse en cierto programa italiano. La historia, nuestra vieja conocida: ¿¿¿¿¿¿¿Playback??????? ¿¿¿Cómo que playback??? ¿Nos habéis hecho venir hasta aquí para mover la boca? La venganza, como forma de denuncia: los tres componentes de Muse intercambian sus papeles; atención a Matt Bellamy, el cantante, TOCANDO LA BATERÍA. La presentadora, ni se da cuenta, por supuesto.
Muse no fueron los primeros en protestar contra el playback en televisión de esta manera. Nirvana también lo hizo en su momento. Hablando de venganzas musicales en directo y de Nirvana, me vienen a la mente los MTV Awards de 1992. La cadena quería que tocaran "Smells Like Teen Spirit", que era su gran éxito, pero ellos querían tocar una canción nueva, "Rape Me" (que significa "viólame"). A los directivos no les hacía ninguna gracia, y la única opción que les dieron fue tocar "Lithium". Pues mirad, mirad, lo que pasó en aquella gala de MTV. Empiezan a sonar los primeros acordes de "Lithium", pero Kurt Cobain...
Sí, amigos, Cobain, desconcertando a sus propios compañeros de grupo, entona las primeras frases de la canción "Rape Me". Sé que sólo son unos segundos, pero nunca el culo de unos ejecutivos se apretó tan rápidamente en tan poco tiempo. Luego para, y empiezan con "Lithium" de nuevo. Por cierto, que el bajista se abrió la cabeza en esta actuación. Si os fijáis bien, veréis la sangre.
A veces, la indignación de que las cadenas de televisión no cumplan con sus promesas da paso a la ira. Más aún, cuando por contrato estás obligado a salir a cantar (perdón, a mover la boca). Es el caso de Placebo. Llegan a Italia y su equipaje desaparece. A todo correr, compran ropa para la actuación como pueden. Una vez en el plató, les tienen todo el día en una salita y sin comer. Como guinda, no les dejan cantar en directo. El resto en el video. Brian Molko, muy cabreado, boicotea su propia actuación evidenciando el playback al insultar al público del plató mientras suena su voz cantando y rompe la guitarra. Este video es de unos informativos italianos, es lo único que he podido encontrar.
Actualmente en España, el único programa donde se actúa en directo es Buenafuente, y ni siquiera es un programa de música. Honrosa excepción, pero algo falla una vez más... ¿No es hora de que recuperemos un espacio musical de calidad en nuestras pantallas?
La revista musical por antonomasia, Rolling Stone (edición española) publica este mes su lista con las 50 mejores canciones de la década. Sí, sigue la revisión de "lo mejor de..." a la que todo el mundo se apunta desde que comenzara el año... Pero, ¿sabéis qué? Seguro que muchos ya os habréis dado cuenta de que FALTA UN AÑO PARA QUE TERMINE LA DÉCADA, por lo tanto todas estas listas no tienen en cuenta el 2010, a menos que las elaborara Nostradamus, claro...
Dejando de lado este pequeñísimo detalle, os dejo con la lista de Rolling Stone. Del 50 al 1, para darle emoción a la cosa (en la revista aparece al revés). Recordad que si pincháis en cada nombre, os enlazo a la canción:
La lista de Rolling Stone se ha confeccionado siguiendo un método de votaciones entre numerosos artistas del panorama musical, tan variopintos como Lars Ulrich (Metallica) o Chris Martin (Coldplay). Pero claro, esto de las listas tiene su gracia cuando cada cual confecciona la suya. Desde la revista, de hecho, nos invitan a hacerlo y a colgarlo en su Facebook. Después de pasar todo el día pensando en ello, comprobando fechas y echándole huevos he confeccionado mi lista. He pensado en las 50 mejores canciones del tirón y luego las he ido ordenando. Mi sorpresa ha sido mayúscula al ver el Top10 que ha quedado, por, digamos, peculiar. De todas maneras, debo decir que cuando llevaba 38 canciones apuntadas, ya no me quedaban más ideas... vamos, que como década, musicalmente hablando, podría haber estado mejor. Ahí va MI PROPIA LISTA DE LAS 50 MEJORES CANCIONES DE LA DÉCADA.
¡Venga, venga! No os pido una lista de 50, pero mojaros un poco, al menos con vuestro Top 10... ¿Cuáles han sido para vosotros las mejores canciones entre el 2000 y el 2010?
La Polaroid ha estado al borde de la extinción durante los últimos años, víctima de la fiebre digital. Pero de igual manera que los vinilos vuelven a hacerse un jequecito en las estanterías de los grandes almacenes (nunca desaparecieron del todo gracias a los Dj’s), la fotografía instantánea resurge de sus cenizas ante el clamor popular.
Y lo hace por todo lo alto, fichando como directora creativa a Lady Gaga. ¿Vuelve la Polaroid a ponerse de moda? No lo sé, pero al menos no va a desaparecer.
Ayer por la noche se celebraron los Premios Gaudí, que vienen a ser como los Goya de la Academia de Cine Catalán. Sí, el mismo día que el 66% de las salas de cine cerraban sus puertas en protesta por la nueva ley que obligará a doblar todas las pelis extranjeras…
No es ese el tema que voy a tratar, sino el resultado de la gala: Anoche se hizo justicia. Películas nominadas a casi todas las categorías se quedaron con un palmo de narices (véase “Trash”, un despropósito con forma de film y cuyos artífices se iban haciendo pequeñitos en sus butacas conforme avanzaba la película), y por el contrario, una peliculita por la que nadie apostaba, dio el campanazo.
Me refiero a la obra maestra de la directora novel Mar Coll: Tres Días con la Familia. Mejor Película, Mejor Directora y Mejor Actriz (Naausica Bonnín). ¡Toma ya! Enhorabuena a todo el equipo que la ha hecho posible y espero que esta “patada en la espinilla” sea el principio del fin del boicot sistemático al que es sometido Escándalo Films, la productora de la ESCAC (Escuela de Cine de Catalunya), por parte de la “industria” de este país.
Fotograma de Tres Días con la Familia
El pez pequeño se ha tragado al grande una vez más, primando el talento sobre la rabia que les debe dar a algunos que llevan medio siglo en su poltrona, que los jóvenes directores recién graduados les den toda una lección de cine.
En el centro, David LaChapelle, uno de más ocurrentes fotógrafos que campan por estos mundos. Basta decir que su primer trabajo como fotógrafo se lo dio Andy Warhol.