martes, 16 de febrero de 2010

10 Claves para celebrar unos Goya históricos


Hablamos de la mejor gala de los Premios Goya de la Historia, al menos, en cifras de audiencia. Según la web especializada Formula TV, 4.656.000 espectadores siguieron la ceremonia (lo que supone un increíble share del 26,4%). Entonces, ¿cuáles son las 10 claves para celebrar unos Premios Goya históricos?

1. Reúne un buen número de nominados de calidad
Siempre ayuda que el gran público haya visto las películas, caso de Celda 211 o Ágora. Mención especial también para el Goya a Mejor Directora Novel a Mar Coll por Tres Días con la Familia, y el de Mejor Documental a Garbo, el Espía.


2. Empieza por todo lo alto
Y si puede ser con un tsunami que arrasa el teatro, pues mejor. Con la boca abierta nos quedamos en casa cuando los maestros de los efectos especiales nos hicieron creer durante unos segundos que el agua arrasaba con la platea. ¿Qué mejor manera de empezar y clavarte al asiento del sofá?



3. Conecta con el público y rellena los tiempos muertos
Hay que tener en cuenta que no todo el mundo conoce, por ejemplo, al ahora Goyarizado Xavi Giménez, aunque sea uno de los mejores directores de fotografía de nuestro país. Eso, y teniendo en cuenta que entre el anuncio de un premio y el discurso de rigor, hay un tiempo muerto considerable (que incluye la cara de estupefacto del premiado, los abrazos a toda la fila de butacas, el trayecto al escenario y la ascensión por una peligrosa escalera). Todo solucionado con la inclusión de un comentarista, que utiliza esos tiempos muertos para ponernos al día sobre el premiado, al más puro estilo eurovisivo.

Xavi Giménez

4. Procura tener un Gran Presidente de la Academia con un Discurso Épico
Álex de la Iglesia es un grande entre los grandes y ha demostrado en estos últimos premios estar a la altura de lo que de su candidatura se esperaba. Sagaz y muy consciente del público, organizó una de las mejores galas que se recuerda. Además, prometió un discurso épico y no defraudó: todo un manifiesto contra la soberbia, con frases que pasarán a la historia: “[los cineastas] Nos miramos el ombligo, tenemos pósters de ombligos en casa, cuadros de ombligos llenando nuestras paredes, creemos que somos artistas, genios alternativos, creadores... antes de todo eso, somos trabajadores. Nos pagan por hacer un trabajo y hay que hacerlo bien.” Seguro que a muchos no les hizo ni puñetera gracia, pero… ¡qué grande eres, Álex!



5. Si algo funcionó en el pasado, recupéralo
La única gala que no había recibido malas críticas fue la que en 2002 presentara Rosa María Sardá, que apareció para presentar el Goya al mejor Director, al final de la gala. La fórmula de ex-presentador que viene a entregar un premio y termina por querer presentar la gala hasta el final, sigue funcionando y más todavía si es la Sardá.


6. Ritmo, ritmo, ritmo…
Sean los Óscar, los Goya, o la entrega de trofeos del club montañero de tu pueblo, estas cosas son largas y terminan por hacerse pesadas. Incomprensiblemente, hace años incluso había actuaciones musicales (de gusto muy discutible) que no hacían más que dilatar aún más la duración ya de por sí exagerada. El pasado domingo se impuso un ritmo más que adecuado: premio, premio, premio, gag, premio, premio, gag, o como dirían algunos, “pim, pam, pim, pam”. También fue la primera gala que se ha retransmitido sin cortes publicitarios. Esto, aunque fue definitivo para acortar (mucho) la duración total, lo hacía también un poco más duro.

7. Si vas a montar un número musical, asegúrate que lo haces con gente que sepa cantar y bailar…
La única crítica negativa que le daría a esta gala, fue el (intento) de número musical que se marcaron para presentar los premios a Mejor Canción Original y Mejor Banda Sonora. La idea era buena, la canción no estaba mal… pero si vas a hacer algo tan arriesgado (hablando en término de buen gusto), hazlo bien. Y Secun de la Rosa NO fue una decisión acertada. Se siente…


8. Gástate el dinero en contratar a unos buenos guionistas
Tan sencillo y tan difícil como eso. Igual hasta consigues hacer reír a partes iguales a la gente de la Industria y a la que ve el sarao desde su casa. Parecía imposible… hasta el domingo, claro…

9. Guárdate la mejor sorpresa para el final
Un punto básico de manual en todo espectáculo que se precie. Y si esta SORPRESA (sí, en mayúsculas), es manchega y se llama Almodóvar, pues ya está todo el pescado vendido. “Tenéis un presidente muy pesado” fueron sus primeras palabras, ante un público puesto en pie, aplaudiendo y reconciliándose con el director. Nadie lo esperaba, nadie lo sabía. Todo se hizo en secreto. De la Iglesia se partía de la risa en su butaca, la cara de cebollino que se nos quedó a todos, bien lo valía. De nuevo, y como se suele decir “olé tus huevo, Álex”.



10. Cuenta con el mejor showman del país como Maestro de Ceremonias
Ese “showman” se llama Andreu Buenafuente, y es uno de los máximos responsables del éxito de la ceremonia. Antonio Resines le dijo en su programa que hiciera lo que hiciera en los Goya, le iban a poner a parir (como hicieron con él, cabe añadir). Sin embargo, ante la excelencia, no hay nada que objetar. Y como muestra, el redondo final de la gala. No he podido encontrar el video del momento exacto, así que tenéis que ver a partir del minuto 06:18.



“¡Joder, qué Gremio!” o “¿Qué aplaudís, cabrones?” ¿A alguien se le ocurre mejor manera de poner el broche final?

2 comentarios:

  1. Y no te olvides de la suerte.. y de huir de eslogans, y de...

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  2. A mi no me gusta ver los goya, tampoco soy fan acérrima de Buenafuente, pero debo sacarme el sombrero por esta gran ceremonia de 2010.

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