Nunca

Hay muchos conciertos que nunca podré ver. Nunca escucharé en directo "Highway to Hell" de la boca de Bon Scott; nunca me desmelenaré con los Sex Pistols delante de un Sid Vicious completamente ido. Tampoco saltaré con The Ramones, ni cantaré desde la primera fila las canciones de Johnny Cash. Pero sólo uno de estos conciertos a los que nunca asistiré me acompañará toda mi vida como un carga, un deseo no realizado, por imposible:



Nunca podré desnudar mi alma en un concierto de Nirvana.

Cada vez que escucho a Kurt Cobain pasan muchas cosas a la vez dentro de mí; demasiadas. Cantar algunos versos de Lithium a voz en grito es una de mis pequeñas fuentes de felicidad, esos momentos en apariencia poco importantes con los que vamos salpicando nuestra vida aquí y allá, pero que en conjunto pueden llegar a ser el secreto para ser feliz. Como ver amanecer. Como tomar una taza de té caliente. I'm so happy 'cause today I found my friends; They're in my head...