Tendría seguramente unos catorce años; íbamos en el asiento trasero del coche de un amigo escuchando cierta canción de la cinta de cassette que llevábamos puesta. La madre de mi amigo, algo cansada de nuestra música, sacó la cinta. Sin embargo, la canción siguió sonando hasta el final. Los tres nos quedamos boquiabiertos, como atontados, mirando el radiocassette del coche hasta que terminó la canción y, al escuchar la voz de un locutor, nos dimos cuenta de lo que había sucedido en realidad: al quitar la cinta, había seguido sonando la radio, justamente la misma canción, justamente en el mismo punto donde la habíamos parado. ¿Casualidad? Cuando una casualidad es casi imposible se la llama Serendipia.
Quizás la serendipia más sonada, es una de la que habló Iker Jiménez en Cuarto Milenio y que también ha aparecido en diversas ocasiones en la prensa: los pasmosos paralelismos entre los presidentes Lincoln y Kennedy. Empezamos:
Lincoln fue elegido congresista en 1846. Kennedy, en 1946, justo cien años después.
De la misma manera, Lincoln fue elegido presidente en 1860. Kennedy en 1960.
Sus apellidos tienen siete letras cada uno.
Los dos fueron asesinados de un disparo en la cabeza.
Sus respectivas esposas perdieron un hijo mientras vivían en la Casa Blanca.
Lincoln tuvo un secretario apellidado Kennedy; Kennedy tuvo una secretaria apellidada Lincoln.
Los asesinos de ambos eran sureños.
A los dos les sucedió un presidente llamado Johnson. A Lincoln, Andrew Johnson, nacido en
El asesino de Lincoln, Booth, nació en 1839. Oswald, el asesino de Kennedy, en 1939.
Los dos fueron apresados quince minutos después de cometer los asesinatos en los lugares donde se escondieron. Booth huyó desde el teatro donde disparó a Lincoln y se escondió en una bodega. Oswald huyó de la bodega desde la que disparó a Kennedy y se ocultó en un teatro.
Los dos murieron antes de que se pudiera celebrar el juicio.
El teatro en el que murió Lincoln se llamaba Ford, y el coche en el que iba Kennedy cuando murió, también era un Ford Lincoln.
Ambos fueron capitanes de barco.
Los dos fueron asesinados un día 19 y en los dos casos, festivo.
Los dos se encontraban acompañados de sus respectivas mujeres, que no sufrieron daño alguno.
Las casualidades que se suceden una y otra vez en la vida de estos dos hombres son de lo más curioso. He obviado tres o cuatro que me parecían demasiado disparatadas. Un ejemplo es, que una semana antes de morir, Lincoln estuvo en Monroe, Maryland, y JFK estuvo con Marilyn Monroe; esto más que una serendipia es un chascarrillo…
Hay otros paralelismos también muy curiosos entre Napoleón y Hitler, que os invito a investigar. De momento, os dejo la parodia de Wyoming al video de Iker Jiménez sobre las serendipias. Wyoming e Iker, qué grandes comunicadores (cada uno en su campo, claro).
Dios Kim que puto mal rollo me ha dado todo esto XDD mira que me molan las mierdas estas pero joder hay un punto ya que dices.......
ResponderEliminarHe flipado con lo del cassete y la radio por eso, justo hará unas semanas se me pasó por la cabeza algo parecido :)
Da mal rollo si...pero es fascinante!
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